CAPÍTULO 11 (primera temporada): La cruda realidad.

Alli y yo fuimos corriendo a abrir la puerta. Efectivamente, era mi madre y Leonardo. Estaban muy serios, y se notaba mucho que mi madre había estado llorando. Eso no me gustaba nada. Todo en si me daba muy mala pinta. Entremos todos al comedor.

- Angie: ¿Cómo os ha ido todo?

- (tm) : Tenemos que hablar en privado – dijo mientras se le caía una lágrima.

Se dirigieron a la cocina y cerraron la puerta.

- (tn): Esto no me gusta nada…

- Cody: A mí tampoco…

- Alli: Todo esto es muy raro. No traerá nada bueno…

Dicho esto, nos sentemos en el sofá, y nos pusimos a ver la tele. Al cabo de unos minutos, escuchemos chillar a el padre de Cody: No puede ser, porque nos tiene que pasar esto! Y al cabo de unos cuantos minutos más, se abrió la puerta de la concina lentamente. Angie estaba casi llorando, mi madre estaba llorando y Leonardo y Bad, estaban realmente tristes. Mi madre y leonardo salieron de la cocina, se sentaron en el sofá, y Bad y Angie, le dijierón a Cody, Alli y Tom que entraran en la cocina.

Me senté al lado de Leonardo.

- (tn) : Se puede saber que pasa!

- Leonardo: Te tenemos que contar una cosa muy seria.

- Angie: Primero de todo para que lo entiendas mejor, tienes que saber que el hijo que esta buscando Leonardo, también es mi hijo, esa tal Vanesa de la que os hablemos, en realidad era yo.

- (tn) : Lo sabía… - dije en voz baja- O sea, que tengo un hermanastro! ¿Por qué me lo has ocultado todos estos años?

- (tm) : Porque nunca pensé que Leonardo volvería a parecer en mi vida. Y prefería no contártelo de momento para evitarte disgustos. Me equivoqué.

- (tn) : No te voy a negar que estoy molesta, y que necesitaré tiempo para asimilarlo. Pero, tampoco es tan grave. No llores. Tengo un hermanastro, ¿y?

- Bad: Y nos acaban de decir que tu hermanastro es Cody.

Esas palabras se me clavaron en el corazón. Pero me negaba a creérmelo.

- (tn) : ¿Estáis de broma, no? - dije mientras sin poderlo evitar, se me llenaban de lágrimas los ojos.

- Angie: Ojala todo esto fuera una broma… Cody es adoptado, el no lo sabe, ahora se lo estarán diciendo sus padres en la cocina.

- Bad: Nos acaban de decir que Bad y Angie adoptaron a nuestro hijo cuando tenía unos meses. Cody es nuestro hijo y tu hermanastro. Lo siento mucho. Se lo mucho que os amáis.

- Angie: Enserio, ojala esto no estuviera pasando, pero nosotros no sabíamos que Cody era nuestro hijo, sino las cosas serían diferentes, y obviamente vosotros lo sabrías.

Escuché a Allí gritar desde la cocina. Ya se habían enterado. Pobre Alli, se acababa de enterar que quien creía que era su hermano, no lo es, porque es adoptado. Lo curioso, es que se parecen bastante.

Me tapé las manos con la cara y me puse a gritar de la impotencia. Eran demasiadas cosas juntas. Ahora ya sí que no podía controlar mis lágrimas, simplemente salían. Cody era mi hermanastro. Mi vida y el sentido de esta, se acababa de ir a la mierda. Regrese a la conversación. En unos segundo, había sentido muchas cosas.

- (tn) : ¿Qué los sentís? Iros a la mierda. OS ODIO! – dije gritando.

Escuche como Cody pegaba una patada a un mueble de la cocina y como estaba llorando. Me fui corriendo a la habitación mientras gritaba “os odio”, y cerré la puerta de un portazo. Meti la cabeza en la almohada y me puse a llorar como una cría. No me di cuenta que alguien había picado a la puerta. Pero si escuche su voz.

- Cody: (tn____) – dijo llorando.

Estaba furiosa. Muy furiosa. Mi cuerpo estaba lleno de rabia. No sabía cómo actuar. Pero lo mejor sería que pasara de Cody, aunque me destrozara la vida. Pero ahora mismo lo necesitaba, tanto como a mi propia vida.

- (tn) : Vete – le chille.

Cuando estaba a punto de cerrar la puerta, no pude evitarlo, lo necesitaba, y le llame.

- (tn) : Cody, Cody, por favor no te vayas. Te lo suplico. Te necesito.

Cerró la puerta de mi habitación y vino corriendo hacía mi. Salte de la cama y nos abracemos fuerte, muy fuerte, mientras llorábamos.

- (tn): Lo siento, no quiero que te vayas – le dije al oído.

- Cody: ¿Por qué nos tiene que estar pasando esto? Los odio con todas mis fuerzas. Somos hermanastros.

- (tn) : Mi vida se acaba de ir a la mierda. Todo me estaba saliendo demasiado bien, para ser cierto. Ya no podemos estar juntos.

- Cody: Soy adoptado, mi familia ya no es mi familia y encima te he perdido a ti. Me han arruinado la vida.

Me separé de él, y intente limpiarme la cara, aunque no podía dejar de llorar y Cody tampoco. Le puse las manos en la cara, y le sequé las lágrimas. Nuestros ojos se encontraron y me beso. Me empujo contra la cama. Nos besábamos con desesperación. Me paso la mano por debajo de la camiseta.

- (tn) : Cody, no podemos, somos hermanastros.

- Cody: Perdón…

- (tn): No pasa nada. Que nos tengamos que separar no quiere decir que no te ame. Siempre te amaré y me da igual que seas mi hermanastro. Pero…

- Cody: Nos tenemos que alejar…. Solo podemos ser amigos – dijo cortándome.

- (tn) : Si… - dije volviendo a llorar con fuerza.

Cody salió corriendo de la habitación, y al momento entro Allí. Ella también estaba llorando.

Me explico todo lo que había pasado en la cocina, y yo le explique qué había pasado en el comedor. Las dos teníamos razones para sentirnos mal. Luego entró otra vez Cody y los tres nos dimos un abraco, yo me fui al comedor y dejé que Cody se desahogara con su “hermana”. Aunque no lo fuera de sangre, la consideraba como tal. Yo sobraba.

Me fui a la habitación de mi madre y Leonardo, y me puse a llorar. No salí de allí en todo el día. Alli vino a preguntarme si estaba bien, y si quería desahogarme. Me limite a decir que no con la cabeza. Por la tarde, entraron los padre de Cody, y me dijeron que mañana por la tarde se irían otra vez a Los Angeles, y que no volvería por un tiempo a Australia. Me explicaron que lo hacían por nosotros, para que asimiláramos lo que acababa de pasar. Abrace a Angie, y me puse otra vez a llorar, ella solo se disculpaba. Me convenció para que saliera de la habitación y fuimos a cenar.

En la cena, nos explicaron mejor todo, y lo que Angie me había explicado. También que más adelante, siempre que Cody quisiera, podía venir a visitar a Leonardo y mi madre, ya que eran sus padres, y que a partir de ahora nos lo contarían todo, y formaríamos parte de sus decisiones. Ni Cody ni yo dijimos nada. Cada vez que nos mirábamos apartábamos la mirada. Otra vez lo había perdido, y no lo soportaba. Sin pensarlo dos veces, me levanté, y me fui a mi cuarto. Recordé lo que esta noche nos prometimos “Nada nos separará”. No soportaba estar más allí. Cody me siguió. Creo que los dos teníamos que hablar seriamente, después de todo un día de pensar en lo que acababa de pasar.